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Cómo registrar mi libro: todo lo que hay que saber sobre el ISBN y los derechos de autor



Foto: Arthur Hidden en Freepik


Escribir un libro es el sueño de muchísima gente. Y con las plataformas de autoedición este sueño parece más cerca que nunca. Sin embargo, en los foros de escritores siempre surge una duda relacionada con el código ISBN y los derechos de autor. ¿Son lo mismo? ¿Cómo los tramito? ¿Las plataformas me ponen a salvo del plagio? ¿Existen otras herramientas de registro? Aquí intentaré aclarar algunas dudas sobre estos temas.


Un código de barras omnipresente: el ISBN


El International Standard Book Number (ISBN) es un “identificador internacional de publicaciones que permite clasificarlas según título, editor y características de la edición”. En la actualidad está compuesto por 13 dígitos, agrupados en cinco elementos. Está presente en la contratapa de la mayoría de los libros publicados.


El primer elemento del ISBN es el prefijo internacional; el segundo es el identificador de país, región o área idiomática; el tercero, es el prefijo del editor; el cuarto, el identificador de título o publicación y el quinto, un dígito de control. Entonces, en el caso de un libro registrado en la Argentina el ISBN será, por ejemplo, 978 - 987 - 88 - 1878 – 8. En España, 978 -84- 1314 – 049 - 0.


El ISBN es universal, aunque los autores, editoriales o editores independientes lo puedan tramitar en el país donde tienen sus domicilios. Es decir, tiene validez en todo el mundo más allá del lugar donde haya sido realizado el trámite.


Ahora bien, llegado a este punto, hay que aclarar que el ISBN “no conlleva ninguna forma de protección legal o de derechos de autor”. En otras palabras, “la asignación de un ISBN a un producto no significa que este sea un libro para los efectos legales o fiscales”.


Amazon Kindle Direct Publishing (AKDP) ofrece un “ISBN gratuito” denominado ASIN que solo tiene validez en la plataforma. Entonces, si el autor o la editorial quiere publicar en otra plataforma o, incluso, imprimirlo por su cuenta, lo más recomendable es que tramite el verdadero ISBN cuyo costo, en general, es bastante bajo.


En suma, el ISBN no es obligatorio, pero es un sello de seriedad y calidad, sobre todo para las editoriales y editores independientes.


Derechos de autor, al derecho y al revés


Entonces, como el ISBN, y todo lo que se le parezca, no protege los derechos de autor, es muy importante para el escritor saber que deberá tramitarlos para evitar el plagio. Sí porque, en tiempos de plataformas de autoedición, el plagio está más vigente que nunca.


El trámite de derechos de autor debe realizarlo, valga la redundancia, el propio autor en el país donde vive o publica su libro. En general, es un trámite barato y fácil de hacer.


En la Argentina, lo realiza la Dirección Nacional de Derechos de Autor y en España, el Ministerio de Cultura y Deporte. También en España existe el Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro) que ayuda, y mucho, en esta tarea.

Los derechos de autor duran para siempre, incluso hasta 70 años después del fallecimiento del escritor. Vale aclarar que muchos autores ceden sus derechos a las editoriales, por un lapso determinado y mediante un contrato, para que estas puedan compensar la inversión inicial que hicieron al publicar una obra.


Safe Creative: ¿verdadera protección?


Esta es la opción más novedosa y controvertida en cuanto a derechos de autor. Safe Creative es una plataforma que mediante el pago de un arancel otorga pruebas de que alguien escribió un determinado libro. “Podemos tener una típica situación de conflicto sobre autoría o titularidad, donde una persona indica ser titular o autor en virtud de una violación a sus derechos de autor. La persona afectada que tenga el registro que brinda Safe Creative lo ofrecerá como medio de prueba judicial, quedando en poder de la persona demandada la obligación de probar que cuenta con un medio de prueba mejor que el que se está esgrimiendo”, explica la propia plataforma.


Entonces, mientras los derechos de autor otorgados por un gobierno son irrefutables, los certificados digitales de Safe Creative son solo un testimonio de que alguien, mediante el pago mínimo de US$ 10, registró una obra.


En resumen, el ISBN es voluntario, no protege del plagio, pero las editoriales y editores deben tramitarlo si quieren hacer bien las cosas y tener algún prestigio. Los derechos de autor pueden ser obligatorios o no, pero aseguran protección legal confiable. Por ahora, son la mejor opción frente a los certificados digitales.

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